En 1953 apareció el primer Corvette, conocido como el “C1”. Era una interpretación en Norte Americana del concepto de roadster inglés: un descapotable de dos plazas, con una dinámica de conducción deportiva. Este tipo de automóvil llegó a Estados Unidos con los militares estadounidenses que estuvieron en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.

El Chevrolet Corvette C1 buscaba ofrecer un producto nacional a todos aquellos aficionados que estaban comprando coches europeos. Sin embargo, este modelo no terminó de gustar entre los estadounidenses y tuvo muchos problemas para venderse, hasta que se le hicieron una serie de cambios a nivel estético y de motor.

Este vehículo se diseñó con la intención de ser un deportivo de precio asequible. Chevy empleó material de otros modelos, como la plataforma del chasis, los motores y la suspensión (del Bel Air)  aunque se innovó en otros aspectos como la carrocería de fibra de vidrio reforzada con plástico.

Donde no acertó en su primera edición fue con el motor: era un seis cilindros en línea de 3.859 centímetros cúbicos (235 pulgadas cúbicas) con 150 CV, asociado a un cambio automático Powerglide de dos velocidades. Esto, sumado a su alto costo, comprometió su proyección comercial en varias ocasiones.

En 1955, Zora Arkus-Duntov, ingeniero del proyecto, decidió colocar un V8 bajo el capó del coche y someterlo a una operación estética. El V8 tenía 4.343centímetros cúbicos y rendía 195 CV, lo que mejoraba las prestaciones y el sonido, además de la percepción del vehículo.

Aun así, no tuvo el éxito esperado hasta que en 1956 llegó un cambio de imagen y se retiró de la gama el motor de seis cilindros. El V8 se potenció y comenzó a ofrecer entre 210 y 240 CV, además de incorporar un cambio manual de tres relaciones.

En1958, el Corvette recibió un nuevo cambio estético: aparecieron los cuatro faros delanteros y el motor llegó a los 290 CV en algunas versiones. Ese año también apareció la trasera con faros circulares, algo que se convirtió en señal de identidad del Corvette para el resto de generaciones.

La evolución del Corvette C1 continuó y en 1961 ya ofrecía 360 CV para la versión más potente y rápida, la cual anunciaba 240 km/h de velocidad. Su producción se alargó hasta 1963, cuando se dio paso al C2 y apareció el primer Corvette con faros retráctiles, que serían una seña de identidad del modelo hasta el año 2002.

Un automóvil símbolo de innovación y estilo